domingo, 19 de septiembre de 2010

UN BUEN LIBRO

LA CABAÑA DE HEIDEGGER, UN ESPACIO PARA PENSAR
Adam Sharr

Creo que para estas alturas muchos ya se habrán dado cuenta que
en este Laboratorio de Diseño profesamos una gran admiración por el filósofo alemán Martin Heidegger, por eso cuando nos enteramos hace algunos meses de la existencia de este libro no dudamos en conseguirlo y darle una buena revisada, aquí la reseña correspondiente.
De entrada, habrá que aclarar que la estrecha relación entre la arquitectura y la filosofía queda mas que de manifiesto en el pensamiento de este personaje, quizás sea “Construir, habitar, pensar” su texto mas conocido sobre temas de “habitabilidad”, sin embargo existen algunos otros como “Poéticamente habita el hombre”, “La cosa” y “Porque permanecemos en la provincia”, en donde Heidegger también reflexiona sobre la “espacialidad”.
Aunque no es el objetivo de este libro establecer los nexos entre el pensamiento filosófico y la arquitectura, si se explora la presencia del “lugar” como existencia, y su reflejo en el pensamiento del usuario, lo cual podría dar pie para una reflexión sobre como pasamos los diseñadores de la abstracción del diseño, a la realidad del objeto arquitectónico.
En este libro Adam Sharr asume de entrada una posición casi absolutamente descriptiva, partiendo de una hipótesis que resulta muy interesante, pero bastante obvia para muchos filósofos, por supuesto para Heidegger, esta suposición de que el espacio de vida influye directamente sobre la forma de pensar del usuario, y que curiosamente los diseñadores entendemos y asumimos como factor de diseño, pero no siempre como una circunstancia determinante de nuestro propio “pensar”.
Sharr inicia con un análisis detallado de los aspectos formales, funcionales, y contextuales, de “la cabaña”, posteriormente aborda de manera muy descriptiva la relación entre esta y las personas que alguna vez tuvieron la experiencia de visitarla, y hasta pasar alguna temporada en ella, Edmund Husserl, Karl Jaspers, Hans-George Gadamer, Herbert Marcuse, y por supuesto se especula, aunque no esta documentado, que su alumna ,e “intima” amiga, la filósofa Hanna Arendt también fue visitante asidua.
Muy interesante la comparativa entre vida de ciudad y vida de montaña que es referida a partir de escritos del propio Heidegger, y de cómo se intercalan periodos de su enfoque filosófico como reflejo de su entorno, lo cual se desarrolla mas a fondo en el capitulo sobre el reflejo de la cabaña en el pensamiento del filosofo, quedando totalmente de manifiesto en muchos de sus trabajos, en donde no solo alude al espacio, sino a ese lugar al que atribuye una “ley oculta que proviene de la filosofía de las montañas”.
El libro se complementa con una buena cantidad de gráficos, entre fotografías y croquis arquitectónicos, destacan las tomas donde Digne Meller-Marcovicz “atrapa” al filósofo dentro y fuera de la cabaña, y en sus largas caminatas por el bosque.
Muy recomendable para aquellos que no temen traspasar los limites de lo estrictamente arquitectónico, para adentrarse en la reflexión de lo que significa PENSAR.

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